29 junio 2016

Te cuento porque estoy muy bien

Ayer salí con alguien que no eras vos. Fuimos a tomarnos una birra, metafóricamente hablando.

Hablamos de su ex novia, obvio, y yo no le dije ni una sola palabra sobre vos. Me miraba mucho la boca y eso me recordó un poco a lo que vos hacías, mirarme la boca y luego besarme tal cual película de amor fuese.

Al rato de estar en el bar llegaron sus amigos, no me cayeron mal, pero tampoco hice mucho esfuerzo porque me agradaran. Uno de ellos recién había sido despedido y nos invitó a todos a una ronda de shots, odio los shots, pero odio más la gente que invita a otra a tomarse una ronda.

De regreso a su casa, me di cuenta que manejaba un carro automático, hice que no había visto nada, pero viste que me muero por la gente que maneja marchas, y sí, yo sé que siempre te pareció una estupidez, pero sé que te encantaba que a mí me encantara que vos manejaras marchas, te veías tan lindo.

En su casa encendió la tele y tenía ese canal donde la gente averigua el precio "real" de las cosas, el volumen estaba muy alto, me imaginé que había cogido con alguna chica horas antes  y no quería que escucharan sus vecinos y ahí estaba yo de nuevo, creando un mundo que ni sabía si había pasado.

Me mostró su cuarto y terminamos cogiendo. Yo pensaba mucho en vos y en un momento quise llorar. Yo ya sé que tengo que superarte y dejarte ir, pero es que mientras cogíamos me tomó fuerte la mano y me dijo que le parecía muy linda y eso me desarmó, ¿sabés? No coincido que otra persona me pueda ver linda si no sos vos.

Quería salir del cuarto y llamarte y por quinta vez cortar antes del tercer timbre. Igual pasó, no la pasé mal, pero tampoco fue mi noche de bodas, bah, es coger. Supongo que ahora es tan normal como ir al supermercado y decirle a la cajera que no querés bolsita plástica.

Olía bien y su casa estaba muy ordenada, pero había ropa sucia tirada por todo el cuarto, unas tennis blancas desgastadas muy cerquita de su cama y me parecieron lindas, sentí ganas de sacar una foto, subirla a Instagram y que te murieras por saber de quién eran, no lo hice igual. Tenía un poster gigante de "Back to the Future" y ahí va, de nuevo, me recordó mucho a vos; estúpida película increíble.

El otro día le hice una broma y no la entendió o creo que del todo no me respondió,  me hice la que no me importó, pero en el fondo estaba devastada ¿Si no entendés mis bromas, cómo vamos a pasar juntos en las fiestas familiares? Me pregunté, al final solo sonreí y él me dijo que me quería, que me quería... ¿Qué clase de persona te dice que te quiere después de no hacerte caso en una broma? Es un tipo especial, no lo niego.

Es músico, tiene una banda y qué poco me importa.

No tenemos nada en común, tiene cara linda, pero no sé cómo decirle que no quiero apegarme a él para sufrir después porque no me llama, porque no me quiere y porque quiere a todas menos a mí, y tras de eso no tenemos nada en común y eso me va a matar, vas a ver que me va a matar, vos me conocés bien y sabés lo mucho que me afecta no ser el centro de atención de alguien.

Si yo no le hablo él me habla de cualquier cosa y para mi hablar de cualquier cosa es gastar el tiempo,eso me lo enseñaste vos.

Cuando no sabe qué decir, me mira y me dice que me veo linda, me parece hermoso que diga eso, aunque a veces siento que lo dice porque no tiene otra cosa que decir y eso me desgasta. No quiero verme linda, no quiero pensar que lo dice por decirlo, quiero que vos me veás linda y me lo digás siempre ¿Imposible, no?

Discutimos por cosas tontas y generalmente ninguno tiene la razón, aunque siendo honesta, por lo general la tengo yo.

Pero acá estoy, hablándote de otro, intentando dejarte atrás, pero me cuesta mucho, es inevitable compararte con cada ser humano que me habla. Odio comparar tu risa con la de los demás, tu humor extraño, único e increíble. Sos tan gracioso que me acuerdo de tus chistes y me río aunque quiera llorar.

Te extraño porque odio sentirme sola, aún así cuando hoy estoy acompañada, aún así cuando le miento al mundo y te juro que me creo que lo quiero, pero es más como un quiero quererte, necesito quererte ¿Por qué todo lo asocio con tu cara de nabo? Desaparecé ya.


23 junio 2016

Anti desayunos.

Me di cuenta que lo que más me gusta de vos, más que tus ojos, tu forma excéntrica de caminar o inclusive tu gusto épico musical , es tu sonrisa medio tímida que se esfuerza por mostrarse ante el más mínimo indicio de aprobación. Una sonrisa contagiosa que te dice que todo va a estar bien aunque el mundo se me esté viniendo abajo con todo y todo. 

Me desperté cinco minutos antes que vos y fui a preparar un poco de café con leche para que desayunáramos juntos. Vos te levantaste tambaleando y me seguiste hasta la cocina y revisaste tu celular, y ahí esta, otra vez, esa sonrisa pícara. Preparé dos huevos fritos y serví jugo de frutas en cada uno de los vasos que llenaste con hielo. Te pregunté que por qué te reías, pero me dijiste que no te reías de nada, entonces seguí cocinando los dos huevos fritos y creando toda una película de porqué le sonreías al celular.

Desayunamos juntos y me quitaste unas boronas de pan que por alguna razón llegaron hasta mi pelo y me miraste un ratito.

Me volviste a mirar, pero esta vez lo acompañaste con un beso en la frente, me besaste una y otra vez hasta que  yo te devolví el beso, me miraste de nuevo y no dijiste nada. Te levantastey dijiste que tenías que irte porque a tus papás no les gustaba que llegaras tan tarde a casa, o temprano, no recuerdo. 

Me besaste la cabeza y te fuiste. 

Le conté a mis amigas lo raro que había estado la mañana y llegaron a una misma conclusión, “el tipo no te quiere”, me dijeron una y otra vez, pero yo me esforzaba por hacerles entender que todos necesitamos amor aún así cuando nadie más lo quiere dar, todos necesitamos a otra persona que nos haga sentir mejor que la anterior y la que vino antes que esa y la otra y así sucesivamente; sin embargo, mis palabras se fueron escondiendo  porque tres meses y medio después se jactaron del resultado. 

Dejamos de hablar hace tres meses y medio y aún me duele todo cuando pienso en su sonrisa ingenua y su caminar extraño. Me duele que lo mencionen y que mis amigas crean que no fue nada cuando para mí había sido un mundo. 

¿A quién le estás escribiendo si no es a mí? ¿Pensás en mí? ¿Te recordás de cuál era mi banda favorita? ¿Canción? ¿Te pasé por la cabeza cuando regresabas de alguna fiesta con tus amigos? Quizás alguna vez te metiste a mi conversación en Whatsapp y me viste en línea y te quisiste morir. 

Hace tres meses y medio les di la razón a todas las que me aseguraron que nunca me quisiste genuinamente. No me dijiste nada, no hubo excusas ni reclamos, ni alguna nueva persona que te hiciera los mejores desayunos, ni otra que escuchara mejor música que yo, ni mucho menos alguna que ya estuvo y no fue porque el pasado se deja atrás y traerlo al ahora es intentar matarse lentamente y al final no tener resultado.  


Ló único que sé es que un día nos vamos a topar y me vas a decir que qué linda estoy y vas a querer devolver el tiempo y no haberme dejado nunca y yo te voy a abrazar, porque qué lindos abrazos dabas, tan lindos como tus besos cortitos que me quitaban el aliento y te voy a decir entre abrazo y abrazo que el tiempo no te lo devuelve nadie. 


09 junio 2016

Irene a Marco



Irene,

Tengo un pequeño problema.

Me he dado cuenta de que te quiero.

Te quiero más que a los cien mensajes, más que a las cincuenta llamadas a mi teléfono,

más que los mensajes de audio en Whatsapp, mucho más que a las veinte etiquetas de

fotografías que subiste en Facebook de nosotros, ¿de dónde sacaste tantas fotos?, te

quiero más que al tiempo juntos, a los apodos, a las risas pérdidas, en fin. Te quiero.

Te quiero como nunca quise a nadie porque eres mi primer y espero, gran último amor.

Sos de esos amores que te hacen despertar, que te hacen callar, y luego solo te hacen

encontrarte. Ese es mi pequeño gran problema. Sos mi pequeño gran problema.

Mi silencio sos vos, porque en el momento en el que hablás, me quedo callado. Cuando

me ves, no me veo solo a mí mismo. Cuando intento decirlo, no me dejás arrancar porque

creés saber lo que ya he de decir.

Te di ochenta y tres días, los conté, te conté y sabés que, me conté a mi mismo. Los

suficientes para encontrarme y darme cuenta de que te quiero. Ochenta y tres días, de

verte reír, verte abrazarme, verme intentarlo, verme ser una nueva parte de mí que aún no

conocía, que aún no toleraba.

Irene, te quiero muchísimo. Pero,

Creo que es momento de quererme más a mí mismo.

Sí, sos vos y soy yo y mi nueva forma de lograr respirar.

Solo me queda decirte gracias, porque en vos encontré lo que jamás pensé encontrar de

mi, alguien que merece quererse a sí mismo antes de querer a quien aún no puede.

Pasá por las plantitas cuando gustés, alguien va a tener que revivirlas ahora.


¿De dónde vino esto? 
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